La dictadura ha estado buscando formas de disminuir el impacto de las sanciones impuestas por las naciones occidentales, y el robo de cripto ha demostrado ser una forma eficaz de obtener fondos. Wall Street Journal informó por primera vez de la historia y afirmó que aproximadamente la mitad del programa de misiles balísticos del país se financia con criptoactivos robados.
Los ciberdelincuentes han desarrollado una lista de sofisticados trucos que les permiten introducirse en las redes de posibles objetivos, incluidas empresas y personas adineradas.
A veces, un hacker norcoreano se hacía pasar por un responsable de contratación para llamar la atención de un empleado. A continuación, el ciberdelincuente comparte un archivo infectado con el desprevenido empleado de la empresa. El código malicioso se utilizaría entonces como puerta trasera para que los piratas informáticos se introdujeran en la red de la empresa objetivo y lanzaran un ataque contra ella. Este fue el caso del famoso pirateo de Axie Infinity de 2021, que permitió a los norcoreanos robar más de 600 millones de dólares después de que los hackers ofrecieran un trabajo falso a uno de los desarrolladores del juego.
En ocasiones, los ciberdelincuentes solicitaban un puesto de trabajo, utilizaban a occidentales para que les ayudaran a superar el proceso de entrevistas y luego buscaban posibles formas de explotar el sistema o incluso de crear ellos mismos brechas de seguridad. La revolución del trabajo desde casa tampoco ha facilitado las cosas al personal informático, ya que trabajar desde casa plantea muchos problemas de seguridad. Los hackers norcoreanos también se hicieron pasar a veces por funcionarios del gobierno.
Corea del Norte siempre se ha mostrado muy en contra de Estados Unidos y de algunas de las naciones con armamento nuclear consideradas aliadas de Estados Unidos. Teniendo esto en cuenta, la mayor parte del cripto robado procede supuestamente de países occidentales, como EE.UU. y Canadá, y de otros países que Corea del Norte considera hostiles, como Japón.
No está confirmado si todo el cripto robado es entregado por el más famoso grupo norcoreano Lazarus (también conocido como APT38). Aún así, es probable que la organización criminal respaldada por los norcoreanos siga estando enormemente implicada en los ataques a entidades estadounidenses a pesar de que la OFAC del Tesoro de EE.UU. incluyó a Lazarus en la lista traviesa de sanciones a Corea del Norte.
Corea del Norte siempre ha sido firme en la defensa, y el robo de criptomonedas ha demostrado ser un punto dulce que permite a la dictadura financiar sus esfuerzos, como el desarrollo del programa de armas de destrucción masiva del país.
Fuente: pandasecurity